En sector Oficinas
- Impactos en el corto plazo – Los negocios imposibilitados para operar remotamente, con baja resiliencia a los cambios tecnológicos y con culturas de esquemas de trabajo estáticos, serán las más afectadas por el COVID-19. – La demanda de espacios de oficina en el corto plazo caerá, impactando a los propietarios de estos inmuebles y afectando fuertemente el mercado del coworking.
A mediano plazo, esta situación podría ser mitigada, en parte, por la relocalización temporal de algunos negocios, como consecuencia de la pandemia. – Los inquilinos podrían solicitar en sus contratos de arriendo, cláusulas de fuerza mayor que hagan referencia al COVID-19 o a cualquier tipo de pandemia. – Se postergarán decisiones de cambios de espacio y remodelaciones, excepto que sean obligatorias o indispensables.
- Impactos en el largo plazo – La experiencia forzosa de esquemas de trabajo flexibles acelerará las tendencias de trabajo remoto en las organizaciones, llevando a las empresas a modificar sus modelos de operación, a reducir espacios de oficinas físicas y a maximizar su uso. – Las empresas buscarán oficinas con menos espacios de escritorio por persona, y con mayor proporción de espacios colaborativos o de reunión. – Los operadores inmobiliarios acelerarán la adopción de soluciones PropTech (se refiere al uso de tecnología para refinar, mejorar o reinventar cualquier servicio dentro del sector inmobiliario) para manejar las relaciones entre propietario e inquilino. – Las autoridades de salud de los países podrían modificar los códigos referentes al espacio de uso de oficinas para limitar el riesgo de futuras pandemias, afectando así la disponibilidad de metros cuadrados. – Algunas empresas están analizando contar con espacios alternativos para dividir a los equipos de trabajo, para poder asegurar la entrega de servicios críticos.
En lo Residencial
- El incremento del desempleo y la baja de ingresos de los sectores informales generarán incumplimientos en las obligaciones de pago de los inquilinos.
- Durante los periodos de aislamiento, es probable que los gobiernos impongan restricciones a las restituciones de inmuebles por incumplimiento de pagos, obligando a los propietarios a realizar conciliaciones y a alcanzar acuerdos con sus inquilinos.
- Las aseguradoras de cánones de renta de inmuebles residenciales se enfrentarán a problemas financieros en el corto plazo, dadas las particularidades descritas en los puntos anteriores.
- Ante los cambios que se están produciendo en los esquemas de trabajo, en el mediano y largo plazos, los consumidores preferirán residencias en las cuales puedan contar con espacios
de trabajo confortables, adecuados y conectados. - Necesitamos prevenir los impactos fuertes del mercado hacia nuestro sector, por lo cual aspiremos a mucha flexibilidad e incentivar las capacitaciones constantes a nuestro equipo.
- El trabajo remoto se transformará en algo permanente en nuestras vidas y la relación entre personas y tecnología se profundizará aún más.
- Las empresas disminuirán radicalmente la concentración de personas en sus oficinas. Esto, posiblemente, se materializará en espacios de trabajo más reducidos y en el uso más eficiente de los espacios existentes.
- Los inmuebles que generen mayores concentraciones de personas (centros comerciales, estadios, teatros, hoteles) serán los más afectados en esta crisis y deberán implementar esquemas innovadores para continuar operando y generando valor.
- El incremento en las ventas en línea de artículos de almacén impactará en la manera de operación de los minoristas, incrementando las demandas de espacio para almacenamiento y disminuyendo las de locales comerciales.
- Los propietarios de locales y centros comerciales deberán ajustar sus operaciones y modelos de negocio, enfocándose en escenarios post COVID-19, para poder mantener el valor de sus activos y garantizar su flujo de caja.
- El impacto y la profundidad que generará el COVID-19 en el sector inmobiliario es aún incierto; sin embargo, se visualizan cambios en el comportamiento de los consumidores, que pueden volver obsoletos y reducir el valor de muchos activos inmobiliarios que hoy están en el mercado.